La piel, los colores y el toque de inspiración.
Muchos dicen no creer en ese aliento mágico o divino que lleva al artista a un estado de sonambulismo, de comunicación con dios, con el universo o con la nada, que es desde donde empieza la creación.
Hasta llegar el éxtasis.
Y así hasta el infinito, hasta el sueño de los colores y de las formas.
Sin práctica y disciplina no hay inspiración.
He aquí algunos ejemplos de la pasión
del artista sobre la piel.